lunes, 14 de enero de 2013

Saber Dar Correctamente No es Fácil.

Muchos podrán no estar de acuerdo conmigo, pero yo tengo la firme idea de que el ser humano está en esta tierra para recibir de Dios y no para dar.
Una de las representaciones más antiguas de Dios es la de un alfarero en su torno moldeando y dando vida a su creación (principalmente en la antigua religión egipcia), siendo el ser humano representado en la forma de un vaso o vasija de barro (principalmente en la religión hebrea).
Esas imágenes a su vez representan la naturaleza de Dios y la del ser humano.
La naturaleza de Dios es dar y la del ser humano recibir.
Pero un día alguien dijo que el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios (creencia no exclusiva de la cultura hebrea) y por lo tanto, sintiéndose un dios, empezó a creer que necesitaba dar también.
Hasta ese entonces la mayoría de los dioses eran entendidos en forma de animales, con cuerpo humana y cabeza animal o extraños seres con forma humana, pero nunca habían sido aceptados como semejantes a la figura humana.
Así, el ser humano invirtió su papel y empezó a dar a Dios en lugar de recibir, creyendo que Dios era quien en realidad necesitaba cosas de nosotros.
Eso no fue suficiente y queriendo imitar la grandeza de Dios empezó a dar a otros continuamente.
Ahí fue cuando vinieron los problemas, pues aún y cuando el ser humano haya sido hecho a imagen y semejanza de Dios no es un dios, de hecho es menos que un dios, y por ello fracasa en su intento intento de imitar la capacidad de Dios de dar y eso lo deprime.
Esto no significa que no des nunca, sino que no des por las razones equivocadas.
En primer lugar para dar necesitas tener. No puedes dar lo que no tienes ni puedes dar más allá de lo que tienes.
La Madre Teresa de Calcuta fue muy sabía al decir que debemos dar hasta que nos duela.
El dar correctamente siempre es una acción alegre. Si el dar no te hace sentir bien, no te hace sentir mejor, si te duele dar, entonces es momento debes dejar de dar.
Si no sientes alegría al dar, en lugar de estar sembrando buenas semillas morales y espirituales que te alimenten estás sembrando semillas tristeza y amargura, las peores cizañas en tu vida.
Dios, cualquiera que sea tu concepción de Dios, no tienen ninguna necesidad de nada y sin embargo, porque esta lleno, necesita dar, necesita derramar su contenido en sus creaciones, en los recipientes que el moldeó.
Para que un vaso se derrame tiene que estar lleno en primer lugar.
Un vaso medio lleno no puede medio llenar otro vaso y aunque puede ser un buen gesto de solidaridad social o de fe religiosa, no sirve de mucho ni a la religión ni a la sociedad tener dos vasos casi vacíos.
De igual forma un vaso lleno que no deja derramar su contenido a otros vasos vacíos queriendo mantener su contenido para sí mismo, lo cual no podrá hacer por mucho tiempo, debido al esfuerzo terminará haciéndose añicos.
Aunque suene contradictorio: Puedes dar, pero no debes dar. Poder dar no es lo mismo que deber dar. Una implica libertad y la otra obligación.
En sí, realmente no importa si quieres o no quieres dar, ni qué ni cuanto ni a quién. Lo importante es que cuando des nunca te sientas obligado ni moral ni religiosamente a hacerlo sino más bien completamente libre de hacerlo.
Y curiosamente el recibir no es más que otra forma de dar, porque le das al otro el espacio para poder derramar con alegría en alguien las bendiciones, la gracia o la buena fortuna que lo han colmado y has sido tú a quien ha elegido para ello.


"Saber Dar Correctamente No es Fácil" por Marco Rubio | 01/01/2012 | lasideasdemarco.blogspot.mx 

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