miércoles, 7 de enero de 2015

Gloria

Gloria (2014)

Confieso que empecé a ver esta película más por morbo que por otra cosa y me llevé una gran sorpresa.
No entraré en el asunto de si lo que se muestra en la película es verdad o no, sólo diré que es una película, punto.
Lo que sí hablaré es de lo bien hecha que está la película en general.
Una de carencias de las que más adolece el cine mexicano es la falta de buenos guiones. No hablo de historias, porque esas sobran en nuestro imaginario popular. A lo que me refiero es a la forma en que son contadas.
De eso se trata el guión cinematográfico. De contar una historia austera y dinámica, sin tantos adornos ni explicaciones, pero con giros o vueltas de trama que mantenga entretenido al lector, imaginando cada una de las escenas relatadas y el director será el encargado de traducir ese guión escrito en imágenes gráficas de su contenido.
Dicen que un mal guión se convertirá en una mala película sin importar que tan bueno sea el director y un buen guión se convertirá en una buena película sin importar que tan malo sea el director, la producción, el reparto, etc.
Eso sucede con esta película. Sabina Berman crea un excelente guión y eso le permite a Christian Keller hacer una muy buena película.
No es el morbo lo que sostiene el interés de la película, porque no importa si eres fan o no o si te interesa el asunto o no, la forma en la que es contada es lo que mantiene tu atención.
Personalmente no me gustó la actuación de Sofía Espinosa, se me hizo muy sobre actuada, aunque su caracterización fue muy acertada.
No sé cómo era, o es, Sergio Andrade pero Marco Pérez no hizo más que repetir a su personaje de la novela de El Señor de los Cielos. Aunque creo que la elección para el papel fue acertada porque sabe hacer buenos personajes malditos.
Mucha gente irá a ver esta película por la misma razón que yo, el morbo, pero saldrán del cine con el plus de haber visto una película bien contada, bien dirigida, bien producida, bien editada, bien musicalizada y con actuaciones aceptables.
Después de ver la película no pensé en si Gloria Trevi fue la buena o la mala de la historia, si fue bueno o malo lo que hizo, si lo que hizo lo hizo por amor o por pendeja. Lo que vino a mi mente es cómo el morbo sobre la desgracia humana se ha convertido en uno de nuestros principales alimentos sociales.
Nos deleitamos al saber de la caída de las personas exitosas, sin importar si son buenas o malas. Tenemos hambre de saber cómo cayeron. Devoramos toda información que nos muestre como se revuelcan en el fango del escándalo.
No nos interesa saber las razones que las llevaron ahí ni nos interesa aprender de sus errores.
Sergios Andrades, Glorias Trevis, Maries Boquitas y Paties Chapoyes hay en todos los ámbitos de sociales. Sus historias se repiten una y otra vez. En el trabajo, en la escuela, en la iglesia. Están ahí. Los vemos pero los ignoramos. O mejor hacemos como que no vemos.
Pero, ah, cuanto saboreamos cuando esas noticias salen en la tele y en los periódicos.
La película Gloria no es una cinta de denuncia, es un jalón de orejas para los espectadores y nuestras inmoralidades, o mejor dicho impunidades, personales y privadas.

Marco A. Rubio.

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