lunes, 9 de junio de 2014

Los Idiomas del Éxito y el Fracaso

"Alumnos de primaria cantan el Himno Nacional en náhuatl
La Secretaría de Educación en Nuevo León lleva a cabo el ejercicio en 86 planteles educativos, algunos con lenguas distintas al náhuatl como el ñañú, tenek, mixteco y zapoteco."
http://www.telediario.mx/local/alumnos-de-primaria-cantan-el-himno-nacional-en-nahuatl 



Llámenme malinchista y todo lo que quieran, pero ¿para qué chingaos le sirve a los niños aprenderse de memoria el Himno Nacional el náhuatl, un idioma que no dominan ni dominaran ni con el cual en algún momento de sus vidas se comunicarán, en medio de un mercado laboral competitivo y globalizado?

Sí, estoy de acuerdo en que hay que salvar nuestros idiomas nacionales pero esto no debe quedarse en las bonitas intenciones de la nota periodística para hacer lucir de falsamente incluyente a la Secretaría de Educación.

¿Dónde están los programas de televisión o radio en náhuatl, otomí, huasteco? ¿Dónde están las telenovelas dobladas o subtituladas en esos idiomas? ¿Dónde los noticieros?

¿No sería mejor enseñarle a los niños de primaria a cantar el Himno Nacional en inglés, francés o chino mandarín? ¿No sería más productivo y haría a nuestros niños más competitivos, sean urbanos o indígenas, que además aprender la educación básica en su idioma natal (español, náhuatl, maya, tének) se les enseñe como mínimo el inglés?

Suena duro, pero es verdad: A los niños mexicanos los idiomas indígenas no les abrirán las puertas del éxito en el mundo laboral, de los negocios y del conocimiento, sino el inglés, el alemán, el chino, el francés.

No, no hay que olvidar nuestros idiomas indígenas, hay que salvarlos, hay que aprenderlos, hay que hablarlos, para que una vez exitosos podamos llevarles esas herramientas de éxito, esos conocimientos aprendidos en un idioma extranjero a nuestros hermanos indígenas que hemos dejado atrás, olvidados, en nuestra carrera desesperada hacia la globalización.

No nos conformemos en crear mano de obra barata, sino en crear personas de ingenio. No nos conformemos en regalarles el Himno Nacional en náhuatl, llevémosles tanto la Constitución y la Biblia (¿por qué no, chingaos?) como el Origen de las Especies de Darwin y Un mundo feliz de Huxley en su idioma.

Ofrezcámosles tanto las telenovelas de Televisa y TV Azteca como los documentales de National Geographic y Discovery Channel doblados o subtitulados en su idioma.

Hagamos para ellos adaptaciones en su idioma, con actores indígenas, de Los Olvidados, La Sombra del Caudillo, Rosa Blanca, Rojo Amanecer, El Apando, Los Albañiles, Canoa, La Jaula de Oro, El Infierno, La Ley de Herodes, hasta Una Película de Huevos, Y tú Mamá También, No se Admiten Devoluciones, películas que muestren los mejor y lo peor de nosotros los mexicanos para partir todos del mismo nivel sociocultural y no desde la desventaja del indigenismo.

Just remember Why the Rito.

Marco A. Rubio.


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